Te cuento quién soy y por qué hago esto

Tiempo de lectura: 3 minutos

Hola! Aquí Constanza.

Espero que estés bien y que no estés esperando el momento perfecto para hacer lo que realmente importa. Porque si algo he aprendido y lo verás más abajo es que ese momento nunca llega solo. Lo construyes.

Hace diez años tomé una decisión que cambió mi vida: dejé mi trabajo como profesora de Arte en un colegio para dedicarme completamente a mi negocio de cuadros.

En ese momento, no sabía si funcionaría. No tenía garantías, solo la certeza de que quería intentarlo. Por supuesto no era el momento perfecto pero lo hice igual.

Hoy, una década después, puedo decir que vivo de mi arte, no trabajo sola e incluso tengo un equipo que me ayuda porque ya el negocio es muy grande para mi.

Además hago talleres de acuarela para adultos principiantes y me encanta pero lo más importante, encontré algo que le da un hermoso sentido a todo lo que hago y aquí te lo cuento:

El año pasado fui como voluntaria a un hogar de niños en La Pintana a dar un taller de acuarela.

Para muchos, podría haber sido solo una linda actividad, pero para mí fue mucho más: fue cerrar un círculo.

Yo también viví en un hogar cuando era niña. Desde mis 9 años hasta los 18 y durante años me parecía como que eso no había pasado en realidad. Quería borrarlo de mis recuerdos. 

 Me tomó 21 años y mucha terapia para volver. Pero fue hermoso porque cuando lo hice supe que no sería la última vez y que volvería siempre.

Algo pasó en los niños y niñas cuando me presenté, cuando les dije que yo también había estado en un hogar, cuando les conté todo lo que había logrado por mi misma una vez fuera del hogar y la vida que me había construido.

Fue mágico. Me hicieron preguntas bonitas y me pareció que por un momento pensaron que el mundo no era tan malo como lo sospechan por todo lo doloroso que les había tocado vivir tan pronto y tan pequeños.

Yo me vi en ellos y ellos tal vez se vieron en mi.

 

Ese día antes de llegar al Hogar me dio una crisis de ansiedad muy grande. Nuevamente, no era el momento perfecto, tenia mucho miedo pero me obligué a ir y ¡que bueno que lo hice! porque gracias a eso por primera vez en mi vida, tengo todo claro. 

 Ese día encontré mi propósito, mi sentido,  y si conoces este concepto mi  ikigai.

Desde entonces, no dejo de pensar en cómo darle mas forma a todo esto y expandir esta idea: ¿Una fundación? ¿Un libro? ¿Visitar más hogares? No lo sé aún, pero estoy trabajando mucho para descubrirlo. Con calma y constancia.

Lo que sí sé es que todo lo que hago—vender mis cuadros, dar talleres de acuarela, recibir tus donaciones—me ayuda a seguir adelante con este proyecto porque sola sería imposible.

Si estás aquí, leyendo esto, quiero agradecerte. Porque de alguna manera, también formas parte de esto o tal vez desde ahora quieras formar parte y sería genial.

Y esto es para ti:

Si tienes algo en mente, no esperes el momento perfecto para empezar, cambiar o intentarlo. Ese momento no existe y, cuando llega, a menudo se siente como el menos indicado.

Si esto resonó contigo, compártelo con alguien que necesite leerlo. Tal vez sea el empujón que necesita para empezar.

Nos seguimos leyendo. 

Con cariño,

Constanza Herrera @pintoypinta


PD: Si quieres ser parte de mis visitas mensuales al Hogar, donde realizo mi taller de acuarela, hay dos formas en las que puedes ayudar:

Siendo socio de mi Club de Acuarela Solidaria o acompañándome como  como voluntario en cada visita

¡Haz clic para más información!

 

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